José: “Me decían loco, Dios me apretó, luego me ayudó”

José: “Me decían loco, Dios me apretó, luego me ayudó”

Alegría en el estadio. Los niños de la Academia La Javilla disfrutaron en grande una charla especial de parte de los peloteros Anderson Hernández, Gilbert Gómez y Félix José. Se aprendió y se compartió bastante.

Félix José fue un terrible bateador en Lidom convirtiéndose en el primer jugador en inaugurar el club de los 60 jonrones.

Félix José, inmortal del Deporte, exjugador de grandes ligas, pidió a los niños y jóvenes a que vayan a las practicas a jugar de corazón, no a relajar, porque ahí dependerá su futuro.

“Me decían loco, Dios me apretó y luego me ayudó”, reveló.

Recordó que firmó por 4,500 dólares, se compró algunos tenis y pantalones para vestir, guardó algún dinero en el banco y el resto se lo dio a su madre para comprar su vivienda.
Narró que su madre trabajaba en una casa de familia para ayudar a criar a sus hijos.

Afirmó que era desde niño un amante de la gimnasia y un día feriado salió junto a un grupo de amiguitos para el Centro Olímpico, sin embargo, el pabellón estaba cerrado.

Seguimos caminando en el Olímpico y en play número dos, vimos a varios niños que tenían guantes, pelotas y guantes, pero le hacían falta jugadores y los invitaron a jugar un desafío, porque le faltaban jugadores”, añadió.

José, quien brilló en décadas pasadas con varios equipos en las Grandes Ligas, así en la pelota invernal, reveló que él nunca había jugado béisbol y le dijeron que fuera el lanzador, pero no sabía agarrar la bola, no sabía ponerse el guante y tuvieron que ayudarlo.

En la tarde, cuando regresaban a su casa, vieron otro estadio y jugaron otro juego de béisbol, ya sabía coger la pelota, bateaba y narraba sus turnos. “Hice mis guantes con cajas de cartón con un dedo por el centro, aparaba limones, hacia ademanes de que estaba lanzando desde el box”, dijo Félix José.

Explicó que a partir de ahí se enamoró del béisbol y jamás volvió al pabellón de gimnasia.

“Los amiguitos de la gimnasia lo llamaban para ir al Olímpico, le decía que eso quedaba muy lejos, prefiero batear piedras en el patio de mi casa”, añadió.

Eligió la pelota y le fue muy bien.

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