Estamos en el mes de la Biblia. Mejor dicho, en el tiempo que resaltamos la importancia de su lectura.
Y es que la Biblia es más que un libro; es la Palabra de Dios, guía esencial para la vida de un creyente.
Una de las razones más importantes para que un fiel lea la Biblia es la necesidad de cultivar una conexión personal con Dios. A través de la Biblia Dios se revela a la humanidad. A través de la lectura y meditación de las Escrituras, podemos entender mejor la naturaleza de Dios, Sus promesas y Su amor incondicional. Al leer la Biblia regularmente, podemos experimentar un crecimiento espiritual, fortaleciendo nuestra fe y desarrollando una relación más íntima con el Creador.
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Es de todos conocido que la vida está llena de decisiones y desafíos, y la Biblia ofrece sabiduría y orientación para enfrentar estas situaciones. Proverbios 3:5-6 nos recuerda que debemos confiar en el Señor y no apoyarnos en nuestra propia comprensión. Al leer las Escrituras, encontramos principios que podemos aplicar en nuestra vida diaria, como el amor hacia los demás, la importancia del perdón como Jesús nos enseñó etc..
Además la Biblia está repleta de promesas que ofrecen esperanza y consuelo. En tiempos de dificultad o adversidad, la lectura de las Escrituras puede proporcionarnos aliento y la garantía de que Dios está presente y activo en la vida de los creyentes. Pasajes como Romanos 8:28, que asegura que «todas las cosas les ayudan a bien» a quienes aman a Dios, constituye una fuente de fortaleza. Es decir,, la Biblia se convierte en un refugio seguro en medio de las tormentas de la vida.
La Palabra de Dios nos anima a mejorar. Al estudiar las Escrituras, somos desafiados a vivir de acuerdo a un estándar más alto y a desarrollar un carácter que refleje los valores del Reino de Dios.
Finalizo estas líneas compartiendo algunas frases de Santos animando la lectura de la Biblia.
SAN JERONIMO
Se muy asidua en la lectura y estudia lo mas posible. Que el sueno te encuentre con el Libro en la mano, y que sobre la pagina sagrada caiga tu cabeza agobiada por el cansancio. [Carta a santa Eustoquia:Ep. 22, 17]
SAN AGUSTIN DE HIPONA:
Leed la la Escritura, leedla, para que no seais ciegos y gufas ciegos. Leed la Sagrada Escritura, porque en ella encontrareis normas sobre lo que habeis de hacer y lo que habeis de evitar. Leedla, porque es mas dulce que la miel y mas nutritiva que cualquier otro alimento.
[Sermo 48]
SAN BERNARDO:
– Tenemos necesidad de leer la Sagrada Escritura, puesto que por ella aprendemos lo que debemos hacer, lo que hay que dejar y lo que es de apetecer. Por lo cual dice el Salmo 118: Tu palabra es antorcha para mis pies y luz para mis sendas’ . Mediante la lectura de la Sagrada Escritura se forman los conceptos y se ejercita el entendimiento. La lectura nos ensena a orar y trabajar… Se tu, pues, constante en la lectura y meditación de la Sagrada Escritura; camina siempre en la ley de Dios; muestra celo por leer la Escritura, y nunca has de dejar de hacerlo. [De modo bene vivendi, cap. 50]
SAN BUENAVENTURA:
-Todas estas ciencias han sido ordenadas al conocimiento de la Sagrada Escritura, en la cual aquellas se encierran y se perfeccionan, y mediante la cual son elevadas a la sabiduría eterna. Por lo cual todo nuestro saber debe tener su fundamento (statum) en el conocimiento de la Sagrada Escritura. [De reductione artium ad Theologiam]
SAN FRANCISCO DE SALES:
-De la misma manera que el apetito es una de las mejores pruebas de salud corporal, el gustar de la Palabra de Dios, que es un apetito espiritual, es también senal bastante segura de la salud espiritual del alma. Gustan los Santos de las cosas santas y de razonamientos espirituales.