La Zurza es la mejor muestra de que, sin represión pero con acción, se pueden bajar los índices de delincuencias y criminalidad, además de que con la atención primaria bajan los niveles de mortalidad materno e infantil, y hay mejor calidad de vida.

«De la cuna a la tumba», así define la Fundación de Saneamiento Ambiental de la Zurza (Fundsazurza), el programa de salud que desarrolla junto a la Coordinadora de Organizaciones de La Zurza (Codezurza), que implementa con las madres embarazadas, adolescentes y los adultos mayores.

“La idea nuestra, como fundación, es trabajar de la cuna a la tumba, es decir, con los niños desde el vientre de las madres, cuando nacen, hasta el adulto mayor en la postrimería de sus vidas”, exponen Hermán Herrera y Julián Mosquea, director ejecutivo y presidente de Fundsazurza, respectivamente.

Resaltan la apertura reciente de una Unidad de Salud Primaria (UNAP), que ofrece asistencia a los adultos mayores, embarazadas, acompañadas del programa de atención a las adolescentes.

Ya desde hace varios años, en el lugar funciona el dispensario Club de Madres la Zurza, que cuenta con programas de vacunación, tuberculosis, ginecología y otros; pero, también, el San Juan Bautista.

Indican que el programa para adultos mayores cuenta con 360 personas de más de 70 años, a los que se les ofrece asistencia médica y alimentaria.

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Para ese programa cuentan con la colaboración del Seguro Nacional de Salud (Senasa), quien provee la proteína, mientras la asistencia médica la reciben los adultos en la Unidad de Atención Primaria del barrio.

Senasa, a través de su programa “Nutri Salud” y “Senasa Cuida de Ti”, también asiste a los más jóvenes y adolescentes embarazadas, que se apoyan en más de 50 promotores que han sido formado y visitan a las familias casa por casa.

Revelan que en la Zurza hace años que no muere un niño por enfermedades prevenibles como dengue, desnutrición y otras, mientras llevan un control absoluto de las embarazadas adolescentes y los adultos mayores.

La Zurza, barrio marginado de la zona Norte del Distrito Nacional, con 50 mil habitantes, con un territorio de apenas 1.5 kilómetros cuadrados, entre el río Isabela, al norte; Capotillo, al este; Villas Agrícolas, al sur; y la avenida Máximo Gómez, al oeste.

Mejoran entorno

Otra línea de acción es el mejoramiento físico y ambiental, que ya inició con la ejecución de pequeñas obras como accesos peatonales en los lugares con mayores dificultades para entrar y salir.

En las últimas semanas la Fundación, junto a las juntas de vecinos, clubes y otras entidades, ha reparado diez viviendas a familias de muy escasos o ningún recurso. Tienen en carpeta otras dentro del barrio, para intervenirlas.

Obras como estas se desarrollan con la cooperación de instituciones gubernamentales como los ministerios de Obras Públicas, Salud Pública, Educación, De la Mujer, Comisión Presidencial para el Desarrollo Barrial, pero sobre todo, con la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN).

Fundsazurza es quien tiene a cargo la recolección de los residuos sólidos y el programa de educación ambiental en el entorno, y es la ADN quien paga la tonelada a razón de 25 dólares.

Precisamente en estos momentos, en una situación extraña, hay sectores que tratan de impedir que los recolectores de la fundación penetren al mercado Nuevo a ofrecer el servicio, lo que deberá ser investigado por la alcaldesa, Carolina Mejía.

También trabajan el saneamiento de cañadas con miras a salvar lo que queda de los ríos Isabela y Ozama.

Deploran que, a pesar de la construcción de la planta de tratamiento de aguas Residuales en el Mirador Norte, La Zurza continúan los depósitos de químicos en el Isabela a través de las cañadas.

Aseguran que reciben el respaldo del director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), Felipe Suberví (Fellito). Actualmente, precisa Herrera, ha sido intervenida la cañada de Los Dulceros, en la emblemático La Zurza.