Motores y deliveries, peores que una plaga

Motores y deliveries, peores que una plaga

Leonardo Díaz Jáquez

Con mucho esfuerzo y constancia, AMET logró que la mayoría de los motoristas que transitan en la Capital lo hagan utilizando el casco protector, esfuerzo que se limitó a ese fin.

El andar sin luces, en vía contraria, subirse a las aceras, pasarse los semáforos en rojo, etc., es algo que evidentemente no preocupa a AMET ni a ninguna otra institución que deba ver con el asunto.

Aunque ya existían desde antes de la pandemia, el covid-19 le dio un tirón muy fuente y el uso de los deliveries ha pasado a constituirse en un problema peor que las “Las diez plagas de Egipto, relato religioso que, según el Antiguo Testamento y la Torá, cuenta cómo el Dios hebreo infligió a los ciudadanos del reino de Egipto una serie de calamidades, con el fin de que el gobernante dejara libres a los esclavos hebreos y les permitiera salir del país” (Consulta en línea, Wikipidia,12-2-2023).

Con puntos de reunión en esquinas estratégicas por la cercanía a negocios de comidas, tan pronto reciben una orden salen raudos y veloces a entregar la encomienda en el menor tiempo posible.

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Lo hacen zigzagueando entre los automóviles y violando todo lo que estipula la ley de la materia; y pena para el que se atreva a decirle algo al respecto, pues recibe el más grosero de los insultos o es agredido, como le sucedió a quien escribe.

De todas las empresas que ofertan este servicio hay una que debe entregar inmediatamente o ya, con una flota importante de motoristas. Entre mis amigos la llamo la peor plaga de Egipto, pues esos endiablados andan como “la jonda y sin ley”, haciendo tal nivel de travesuras que le crispan los nervios al más tranquilo de los mortales.

Señores de AMET, Intrant, etc., aunque a nadie hay que instruirlo para respetar la ley, reúnanse con esas empresas y conmínenlas a ponerle control a sus “empleados” y adviértanles que los que violen la ley serán detenidos y multados, y hasta llevados en las grúas, si está dentro de lo que manda la ley, antes de iniciar un plan similar al que hicieron para que los motoristas usen el casco protector.

Como las violaciones son tan frecuentes, la cantidad de multas hará que el negocio no sea factible o que a los motoristas no les resulte negocio brindar ese servicio y por lo tanto se verán obligados a respetar la ley.

Lo único que se necesita es decisión y constancia, y más decisión y más constancia.