Nuevos modelos mentales para gobernar

Nuevos modelos mentales para gobernar

José Miguel Gómez

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Confieso, me preocupa y me genera ciertas dudas la poca evolución crítica y reflexiva del pensamiento dominicano, ni siquiera desde la intelectualidad o de las élites, sino, de las propias academias donde se deben debatir las razones del pesimismo o del conservadurismo dominicano.

Pedro Bono, decía: “El dominicano individualmente piensa bien, pero cuando se agrupa piensa y actúa mal”. Desde Américo Lugo a Moscoso Puello, el dominicano desde sus orígenes, o sus limitaciones socio-cultural no evolucionaba en su forma de pensar y de actuar, como forma de buscarle una respuesta a los males, trampas y recurrencia de volver a las viejas prácticas político-social, en siglos diferentes.

Desde siempre, el pensamiento liberal, termina siendo conservador y los conservadores son de mayor constancia y de espíritu grupal predominante en conseguir sus propósitos; mientras que,los liberales, que son menos, abortan más fáciles sus ideas y construyen prótesis en su propio espíritu para sintonizar o terminar siendo más conservadores.

El presidente Luis Abinader, de pensamiento democrático, de espíritu optimista y con nuevos modelos mentales ha querido ir consensuando nuevos esquemas a través de reformas, leyes, diálogos y nueva mentalidad para romper con las viejas prácticas clientelista, populista y personalista de la visión caudillista y grupal de siglo XIX y XX.

El modelo económico dominicano hay que cambiarlo, la ley general de salud, de energía, del código penal, de la repartición económica a los partidos políticos, la ley electoral, etc. Pero hacerlo desde los actores que cíclicamente vuelven a las mismas reparticiones, acuerdos y protegerse como grupos, no se convierte en reformas ni cambios de modelos mentales para ser diferentes.

Buenaventura Báez y Joaquín Balaguer, para identificar dos conservadores que incidieron en siglos diferentes, sabían cómo gobernar en función de plantear diálogos, foros, encuentros, con el fin de ganar tiempo, realizar sus propios proyectos y calmar los hábitos de unos y otros, para continuar en el poder. Los liberales como Espaillat, Bosch, Peña Gómez, no pudieron dejar constancias perdurables de modelos mentales democráticos y sostenibles que cambiaran el pensamiento o el espíritu del ser nacional, para que sea un dominicano diferente al que describe Bonó o Henríquez Ureña.

El carácter y pensamiento del dominicano, sus creencias, valores, prioridades y aspiraciones se han vuelto individualista, egocentrista y grupal, mientras que, el modelo económico, socio-político y socio-cultural demanda una nueva mentalidad hacia el colectivo, de repartición más equitativa e inclusiva para que se logre un país menos desigual y diferente al que vivimos.

Al día de hoy, buscamos comprender como nación, para qué queremos poder, qué modelos vamos a construir o cuál es el modelo a seguir como proyecto de nación y de Estado. Diríamos que somos demócratas, por qué elegimos, somos libres, vivimos con derecho y deberes conocidos; sin embargo, en los modelos mentales y el sistema de creencias con los que vivimos y practicamos, no somos capaces de ejercitar y disciplinar nuevos modelos de identidad, de valores y espíritu democrático que ayuden a nuevas generaciones practicar modelos diferentes. Es decir, el pensamiento y espíritu político social, y hasta económico, es conservador.

Necesitamos construir un nuevo modelo mental que puede desmontar las viejas creencias del pesimismo dominicano, pero también, de viejos hábitos que hoy son insostenibles y parece que el presidente Abinader quiere confrontar y cambiar.

El nuevo modelo dominicano hay que cambiar, la ley general de salud

Buscamos comprender como nación, para qué queremos poder

El pensamiento liberal termina siempre siendo conservador