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Consultorio Familiar: Responsabilidad familiar

Soraya Lara de Mármol
Pregunta de la lectora: Mi hija se hizo cargo de mí debido a mi irresponsabilidad; ahora quiero cambiar, ¿qué debo hacer?
Respuesta de la terapeuta: Usted ha dado el primer paso, reconocerlo. Esto abre nuevas oportunidades para modificar el patrón interpersonal de hija cuidadora-madre cuidada.
La inversión del rol jerárquico que, por alguna circunstancia como una enfermedad incapacitante o negligencia, la madre abandona el cuidado y la protección de la hija, hace que gradualmente sea condicionada a asumir el rol de cuidadora y salvadora de su progenitora. Es decir, una función del sistema familiar que queda sin alguien responsable es asumida por otro miembro.
En este caso, se trata de una distribución de poder disfuncional dado que lo asume una persona sin madurez ni la capacidad para ejercer las actividades propias de una madre.
Una hija es una hija y sus mayores responsabilidades son disfrutar de ser cuidada, amada, protegida y guiada, que su madre junto al padre le creen las bases de su autonomía para que pueda explorar el mundo con seguridad y confianza y establecer relaciones con iguales con quienes compartir y aprender durante el proceso de socialización entre sí.
Cuando ocurre este tipo de inversión jerárquica ocurre los menores de edad corren el riesgo de perder su autonomía y presentar depresión. Se ha demostrado que a menor autonomía mayor es el sentimiento de tristeza. Además, se sobrecargan con actividades del hogar y el cuidado emocional que sobrecargan no tan solo físicamente, sino también emocionalmente.
Hay inversiones de jerarquía transicionales que por su carácter de temporalidad no crean mayores contratiempos.