Migración
¿Por dónde entraron?

Haitianos
Como en unos cuantos días la gente, incluidos los políticos y su cháchara inútil, no querrá que le hablen de otra cosa que no sea de fiestas, juntaderas y cherchas, que por algo estamos en “tiempos pascueros”, la noticia pasará sin pena ni gloria y sin llamar la atención, a pesar de que podría ser la punta de un iceberg que debajo oculta una red de trata que podría estar haciendo un gran negocio y las necesarias complicidades que lo hacen posible. Estoy hablando de la noticia publicada ayer por el vespertino El Nacional, en la que se da cuenta de la interceptación en Montecristi, por parte del Ejército y miembros de Inteligencia S-2, de un vehículo en el cual se desplazaban siete ciudadanos chinos en situación migratoria irregular. La publicación señala que tanto el vehículo, una yipeta, como los extranjeros de origen oriental fueron posteriormente entregados, bajo certificación, a la Dirección General de Migración “para los fines correspondientes”. Y colorín colorado...
Pero más allá de “los fines correspondientes”, que uno supone debería ser su inmediata deportación o repatriación como le hacen a los haitianos, quedan algunas preguntas pendientes. Y aunque de antemano sé que nadie va a responderlas, de todas maneras dejaré aquí constancia de algunas de ellas, empezando por la primera que se cayó de la mata. ¿Por dónde entraron? ¿Quién los ayudó a ingresar a territorio dominicano, ya que resulta evidente que no cayeron en paracaídas? ¿Serán esos los únicos chinos que nos encontremos “perdidos” cerca de la frontera o debemos estar preparados para ver mas? Este es el momento de recordar que la entrada ilegal de chinos, cubanos, colombianos y de otras nacionalidades a través de la porosa frontera con Haití es negocio viejo que ha engordado muchas cuentas bancarias y ha llevado a otros a la cárcel; tal es el caso del diputado del PRD Radhamés Ramos García, quien en el 2002 fue apresado y acusado de traficar con chinos. Moraleja de esta historia: o ese negocio, aunque discreto, todavía sigue en pie, o los orientales cayeron del cielo. ¿Usted qué cree?