Gobierno
Cuando fallan los controles y la supervisión

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Si acogemos como válido el expediente del desfalco en Senasa, debemos concluir que fallaron los controles y la supervisión para que operara exitosamente durante cinco años un entramado de corrupción de esa magnitud.
El 25 de junio de este año los secretarios de Salud y Seguridad Social del partido Fuerza del Pueblo, Ramón Alvarado y Fernando Caamaño, afirmaron que el Senasa atravesaba una grave crisis financiera y gerencial que amenaza la sostenibilidad del sistema de salud pública. Caamaño denunció que el gobierno habría convertido al Senasa en una herramienta proselitista con un aumento irregular de afiliados al régimen subsidiado sin criterios técnicos.
Cinco días después, el 30 de junio, el presidente Luis Abinader respondió señalando que sectores de la oposición buscaban generar alarma y desinformación, insinuando incluso que quisieran que 2.4 millones de afiliados perdieran su derecho al Seguro de Salud, algo que, aseguró, no ocurriría.
El mandatario destacó que, bajo su gestión, Senasa había ganado valor, cobertura y uso real, algo que, según afirmó, no existía con la misma fuerza antes de 2020, gracias a mayores inversiones y ampliación de servicios.
A pesar de la defensa de la gestión del director, doctor Santiago Hazim, el 13 de agosto el presidente Abinader lo destituyó y el 8 de septiembre informó que el Ministerio Publico investigaba posibles delitos en el Senasa.
¿El 30 de junio el presidente no sabía lo que estaba ocurriendo en el Senasa?
Denuncias e investigaciones periodísticas revelaron operaciones dolosas que favorecían a empresas privadas con contratos mediante operaciones ficticias y el 16 de septiembre el exdirector del Senasa, Chanel Rosa Chupani, denunció que en esa institución existían dos contabilidades: una auténtica interna y otra alterada para la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril)
Lo demás es historia reciente, siete de diez acusados guardan prisión preventiva y en principio se estima el desfalco en màs de RD$15 mil millones.
¿Cómo el ente supervisor, la Sisalril, no detectó a tiempo el fraude?
¿Cómo el Consejo de la Seguridad Social, órgano superior del sistema, no advirtió las irregularidades?
La Dirección de Compras y Contrataciones, ¿por qué no detectó estos contratos irregulares?
¿Cómo el DNI, tan eficiente para mantener informado el presidente sobre todo lo que acontece en el país, no pudo detectar esas operaciones dolosas?
Para el PRM, que en la oposición se presentó como la antítesis de los gobiernos anteriores, y prometió honestidad, transparencia y lucha frontal contra la corrupción, este caso le ha estallado como un misil, que, en palabras del propio Ministerio Público, constituye el hecho de corrupción más grave en la historia del país.
A pesar del sometimiento y la prisión preventiva, hay muchas suspicacias por lo acontecido en otros casos: Odebretch, todos los inculpados fueron declarados no culpables, y de los casos del gobierno del licenciado Danilo Medina (Antipulpo, Calamar, Coral, Coral 5G y Medusa) a más de cuatro años de los sometimientos solo ha sido condenado en primera instancia Alexis Medina y compartes, mientras en los otros los involucrados gozan de libertad y los procesos estancados.
El epílogo de este escándalo de malversación de fondos en contra de la salud de los más pobres y el erario, dependerá el legado del presidente Abinader, la credibilidad de la justicia y la posibilidad del PRM continuar en el poder más allá de 2028.