También en el deporte

También en el deporte

Claudio Acosta

Han sido tantas las veces que se ha comparado a la corrupción con un agresivo cáncer que amenaza destruir desde dentro a todo el cuerpo social, que no debería sorprender ni espantar el escándalo en la Federación Dominicana de Pentatlón Moderno (Fedopem), donde sus principales directivos acaban de ser acusados por la Pepca de asociación de malhechores, desfalco, estafa contra el Estado dominicano, falsificación y lavado de activos. Según el expediente acusatorio, entre el 2020 y el 2023 los señores Freddy Núñez y Evaristo Ozoria, presidente y tesorero, respectivamente, de Fedopen, manejaron alrededor de 19 millones de pesos.

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“Este es nuestro primer caso de corrupción en el deporte y nosotros esperamos que este proceso sirva de ejemplo porque el deporte es un área sagrada que debe mantenerse pura, íntegra y libre de cualquier modalidad de corrupción”. Ojalá fuera cierto, como afirma el director de la Pepca Wilson Camacho, que lo que está ocurriendo en esa federación deportiva podrá servir de ejemplo, y mas que nada de disuasivo, para que a nadie mas se le ocurra meter sus manos codiciosas en los recursos públicos destinados al deporte, pero desgraciadamente no hay ninguna garantía de que será de esa manera.

Tampoco hay garantía cierta de que el proceso judicial iniciado contra los principales dirigentes de la Federación Dominicana de Pentatlón Moderno, para los que el Ministerio Público solicitará prisión preventiva como medida de coerción, concluirá alguna vez con una sentencia que los condene o los absuelva de las acusaciones en su contra, como ocurre con los grandes casos de corrupción que llevan cuatro años empantanados en los tribunales. Es por eso que lo único que podemos afirmar con certeza desde aquí es que la impunidad, como se ha demostrado hasta la saciedad, es un estímulo muy poderoso al que los amigos de lo ajeno, que están en todas partes como se está demostrando en Fedopem, no se pueden resistir.