Herminio se ha tomado unos meses para meditar y replantear su vida, al tiempo de acompañar a su esposa Carmen Rosa en un proceso muy interesante de luchar por su salud en playas extranjeras… Píndaro, su alter ego, no le ha dejado solo en momento alguno y con mucho más razón en esta nueva etapa de su vida… “Que bueno que, por lo que veo, has encontrado una nueva visión, buscando un sueño que te aleje de tener que competir con nadie”-expresa Píndaro-… “¡Sí! –afirma Herminio-, ¡Es que esta nueva visión es un sueño que he tenido toda mi vida!… Pareciera que ahora me ha puesto a prueba y otorgado una oportunidad para esta cuarta parte de mi vida… Me he propuesto dejar de hablar sobre lo que tengo que lograr, y ¡sí decidirme a alcanzarlo!”.
Píndaro, que está siempre chateando con un montón de amigos y amigas, mete la cuchara y opina: ”Si es que no lo has planteado todavía, las redes son un magnífico medio para hacerte pensar sobre un posible sueño a lograr”… “Así es, Píndaro –exclama Herminio-, pero, lo que no te dicen las redes es la cantidad de esfuerzo que necesitas hacer para lograr tu sueño… El hecho de yo verme realizado es un derecho que tengo en mi vida y, de la misma forma, logro mi realización siempre que me asegure de una ruta de vida apropiada; desde luego, los 76 años que me acompañan como mochila los he completado gracias a verme bien acompañado de mi familia y, algunas veces, de personas escogidas… Me he ayudado, conquistando mi corazón cada vez que he podido, asumiendo que previamente he convencido a mi mente de hacer determinadas cosas”…. “¿Y no te has estresado mucho en todos estos años?” –cuestiona Píndaro-… “¡Desde luego que si! –responde Herminio-… Ese estrés a que te refieres, muchas veces me ha arropado porque todo lo que lo provocaba era yo mismo que lo permitía porque quizás, en esos momentos, realmente me interesaba… Por eso, este tiempo que me he dado es lo que me asegura que cada prueba superada será así porque me permitiré amar con pasión su desempeño” sentencia-.
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“Caray, Herminio –expresa Píndaro-, ahora podrás sacar ventajas de salud porque sientes la seguridad de poder confiar mucho más en lo que haces… Ahora podrás valorar ese espíritu de liderazgo que siempre te ha acompañado pero que, por razones adversas, nunca te permitiste realizar a cabalidad… Hasta hoy, veo que estás realmente valorando tu verdadera fortaleza, porque me ha llenado de orgullo el que, más que nunca, estás reconociendo tus debilidades… Recuerda que tienes a tu favor el que, cada vez que has tenido inconvenientes, estas son sólo etapas que te garantizan que has tenido éxito en todos estos tantos años”.
“Así es, Píndaro –reflexiona Herminio-, la seguridad que siento es producto de no solamente haber completado proyectos para otros, sino también qué he sido capaz de hacer con cada uno de mis logros… ¡Hoy, puedo dar fe de que siento tranquilidad plena de haber podido realizar lo que había soñado como exitoso para cada proyecto!… Hoy, puedo decir a boca llena que, muchas veces, mi vida ha sido difícil y a ello contribuyó el que descansara en constantes quejas a lo largo da muchos trayectos… Hoy, confío más en mi y puedo tener la capacidad de brindar seguridad a quienes me rodean, porque me he podido enfocar cada día más fuertemente en lo correcto… Hoy, he asimilado que al abrirme a las críticas he logrado realizar que, en el fondo de muchas de esas críticas, hay deseos de consejos”.
Es ahora Píndaro que, mirándole fijamente a los ojos, exclama: “En lo adelante, tengo plena seguridad de que has aprendido que al tener tus sueños más claros y definidos de seguro estos serán más claros que la realidad que has percibido… No olvides que, en cada prueba enfrentarás grandes riesgos, quizás mayores que los experimentados en estos 76 años de vida, pero que ellos serán lo común en cada aventura por venir…
Y, ¡lo fundamental será, tu familia!”.