Las orillas del Sena tienen una atracción para el arte y la literatura. En su distrito trece, París, expone y luce la Biblioteca FRANCOIS MITTERAND, libro abierto de cuatro edificios arquitectónicos de un admirable vanguardismo.El conjunto urbano es hoy uno de los puntos más visitados de la capital francesa, tanto por intelectuales como por artistas y justamente desde hace más de cuarenta años , ocupa un taller de arte en los antiguos frigoríficos industriales ,el mayor artista abstraccionista dominicano, Vicente Pimentel.

Desde que nos enteramos de su Premio Nacional, una reflexión profunda nos llevó a nuestros años parisinos, pues conocemos su obra desde los ochenta y tuvimos la suerte de poder frecuentar su taller por años e intercambiar con el artista la profundidad excepcional de sus trazos y la dimensión y elevación del espacio , donde las telas se abren y se integran en una celebración cósmica que confiere a su factura una poética de signos aéreos , ligeros, en una sinfonía que revela la interioridad mística del artista manifestada en su ejecución plástica. Su obra, la mayoría en grandes formatos, se impone por unas dimensiones que indican que la obra no se termina en los límites de la tela.

Cada trabajo es desbordante de lecturas posibles, con una intensa sinfonía , nacida de la circulación de los trazos, de los puntos , de las manchas, del chorreado inesperado pocas veces accidentado que te invitan a convocar una poesía de Rimbaud, o Baudelaire en esa trayectoria de azules y verdes pero también gris, marrón y negro que ocupan sus espacios visuales, dando efectos metafóricos nocturnos de una gran escritura gráfica de señales y mensajes por adivinar.

Estamos frente a una factura artística única que se inspira con sabiduría de la grandeza inacabable del universo, captado desde la tierra, como un punto que, de señal en señal, busca la inmensidad .

Resulta, que cuando llegué a su obra, no sabía de su nacionalidad , estaba totalmente enamorada de una factura plástica y visual que me introducía en lo que mi profesor de filosofía Wladimir Jankelevitch llamaba ese ´´je ne sais quoi d´inexplicable ´´ese ´´ýo no sé que de inexplicable´´ que puede ser el arte ,esa fuerza poderosa de una obra plástica y visual que te sacude las emociones, te sumerge en un estado de comunión emocional y te lleva e invita a un nivel sicológico que te habita por un tiempo.

Lo que más admiro y sigo admirando en Vicente Pimentel es la sutileza de la imagen alegórica de cada una de sus obras sobre tela o sobre papel, porque todas tienen una magia especial, que ofrece un posibilidad de interpretación libre. Una libertad que se nutre de mucha meditación y reflexión.

La abstracción lírica, de Pimentel o su expresionismo abstracto, son el resultado de un gran trabajo intelectual, que se siente desde el taller del artista, donde convive con sus obras, pero también con la música clásica, y una mirada permanente hacia las aguas del Sena que observa, vigila y contempla desde su ventanal.

Es un artista que no puede vivir fuera de este ambiente, y cuando sale es para buscar , investigar elementos de ejecución para la obra como los pigmentos que utiliza. En muchas ocasiones ha viajado al centro de Francia para meterse en cuevas prehistóricas y observar , contemplar los dibujos de los primeros hombres de nuestro planeta. Pimentel ha sido reconocido en Francia, Dinamarca, Japón, como uno de los representantes mas importantes del arte contemporáneo de los años 80,90, cuando todavía en Europa las grandes capitales eran una cita profesional del mercado del arte.

En república Dominicana el maestro dejó huellas profundas de su talento y de su duende, muchos coleccionistas tienen esos dibujos , con figuras perfiladas de mulatas, con caballos ardientes, soltando sus crines al azar.

Desde la perspectiva analítica deben saber esos afortunados que tienen obra de un gran valor curatorial, pues muchas de ellas, en eltrazo fino de la punta tinta de Vicente Pimentel, ya está el desliz hacia la abstracción que podemos observar en las cabelleras y en las melenas ,muchos coleccionistas en algún momento tendrán que poner esas obras en evidencia , pues en ellas vive toda la mística del artista.

Pimentel dejó en su tierra todo el origen de lo que sería su obra. En Europa se dedicó a elevar con responsabilidad su talento.

Queremos señalar por todas estas razones que su reconocimiento debe de convertirse en un levantamiento nacional que pueda organizar una exhibición del maestro Pimentel con carácter retrospectivo. Sería una buena decisión de las autoridades, digna y acertada, en un momento que se está fortaleciendo la marca país.

Con la apertura de un Museo de Arte Contemporáneo restaurado, pensamos que una exhibición de Vicente Pimentel, comisariada y curada con un criterio de restablecer la fuerza de su obra en el país, sería un gran acierto nacional que pone al país en el mapa del mundo, porque su obra es reconocida en Francia y expuesta en casi todas las colecciones de los fondos de arte contemporáneo, es decir de los FRAC, fond regional d´art contemporain. Con una exposición antológica retrospectiva de Vicente Pimente, el país, alcanza un nivel internacional en las artes.