Arte vehículo de cambio
El canto para crear sociedad asertiva, justa
Junto a su carrera de cantante, la Fama es empleado del Grupo Corripio en transporte y compaginador. Activista del arte y de la patria

Cristian Mojica promueve respeto a patria. José Francisco.
Cristian Mojica (Cristian la Fama) conoce el trabajo remunerado desde niño, pues era indispensable salir a la calle a “doblar el lomo” en oficios múltiples para aportar con el pan colocado en la mesa de la pequeña casa que compartía con sus padres y hermanos. De rato en rato dedicaba tiempo a la música, al canto y a fomentar esas artes en su comunidad.
Ahora, a los 40 años, su ritmo es parecido. Trabaja en el área de transporte del periódico Listín Diario, donde también ayuda a compaginar (organizar las páginas) y combina estos quehaceres con su carrera artística, en la que explota la bachata, el merengue, lo “urbano” y otros ritmos.
“Abro en las fiestas del Grupo de Comunicaciones Corripio y amenizo actividades como cumpleaños, bautismo, bodas, actos empresariales”, indica y enfatiza en que trilla su camino y mantiene sus esfuerzos para lograr más oportunidades.
La ruta no ha sido fácil pero sigue de pie, seguro de que el empeño y el esfuerzo allanarán ese tramo para la aceptación. Por eso está enfocado en grabar temas para su canal de youtube Cristian la Fama y promueve “No hay amigos” y “Mi manguera Yiswá”.
Empieza a ver avances, logros que le satisfacen. “Todo comienza a marchar, y las redes sociales nos reciben bien”.
Gracias al ciberespacio, puede promocionar sus producciones, llegar al público y recibir su respaldo, que agradece.
Igual que valora el apoyo del merenguero Silvio Mora, cuenta, y dice que confía en que otros sumarán el suyo para que los que necesitan ese espaldarazo puedan descollar como lo hicieron ellos.
Moral en alto
La Fama tiene una hija de 15 años, que le impulsa, que le motiva a seguir y lo mismo que para ella, desea lo mejor para otros jóvenes, por lo que les sugiere que mantengan en alto los valores y busquen la asesoría correcta en circunstancias difíciles.
Les insta a recordar que las drogas, la promiscuidad, el consumismo y otros males no son la solución, que llevan a la destrucción y despedazan los sueños.
A los padres los exhorta a mantener los valores, a acercarse a su prole, escucharla, orientarla y guiarla por caminos que sean de provecho.
En su afán por que la sociedad marche, cambie, este activista, fervoroso del arte y de la patria, motiva el respeto por los símbolos patrios, sobre todo a la bandera.
Lo motiva en todos con los que conviven, en especial a los niños y jóvenes que toca con su talento y a los que instruye sobre la relevancia de seguir por la senda correcta, la que lleva a extender la mano al prójimo y darse siempre.