Conversatorio
Expertos analizan la violencia contra la mujer desde una mirada preventiva y científica
El periódico Hoy patrocinó el conversatrio “Hagamos de la no violencia un compromiso de todos” con la intervención de especilistas en el tema.

Dr. Luis Vergés, magistrada Rosa Yudelka de los Santos, Dra. Dilia Leticia Jorge, el subdirector del periódico Hoy Nelson Marrero, Dra. Odile Camilo Vincent, rectora de Unibe, Aída Mencía Ripley, vicerrectora de Investigación e Innovación de UNIBE, Dra. Soraya Lara y el psiquiatra José Miguel Gómez/ José de León.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la República Dominicana, las estadísticas revelan que lamentablemente 49 mujeres han perdido la vida, víctimas de feminicidiosdurante este 2025. “Con relación al año pasado estamos prácticamente al mismo nivel en cuantos a cifras se refiere. Este año no ha terminado y tengo para decirles que, por experiencia en estos últimos meses, por motivos culturales y por el abuso excesivo del alcohol, previo a las fiestas de Navidad y de Fin de Año, nuestras unidades se llenen de violencia de género, por lo que los números de feminicidios tienden a aumentar para estas fechas”, la predicción es de Rosa Yudelka de los Santos, representante del ministerio Público en materia de violencia de género, quien participó en el conversatorio “Hagamos de la no violencia un compromiso de todos” patrocinado por el periódico Hoy y que tuvo como escenario el auditorio de la Universidad Iberoamericana (Unibe).
Deploró que justo un día como hoy el Ministerio Público puede recibir casos con el que puede haber una víctima de feminicidio. “La violencia no duerme porque se tiene miedo de denunciar y el silencio es su principal aliado, por eso llamamos a que las personas pueda denunciar, y para ello tenemos la línea vida.El país cuenta con la Línea Vida 809-200-1202, un sistema nacional impulsado por la Dirección Nacional de Violencia de Género que ofrece atención inmediata a quienes sufren o presencian situaciones de violencia. Este servicio funciona como un moderno call center con cobertura nacional, donde un equipo multidisciplinario integrado por fiscales, psicólogos, policías y abogados brinda asistencia en crisis, recepción de denuncias y canalización de casos a las autoridades competentes”.
De los Santos, una profesional destacada en el ámbito del Ministerio Público, explicó que en la actualidad existen 25 unidades en todo el territorio nacional, y están conformadas por equipos multidisciplinarios y están capacitados en materia de género. “Estas unidades están integradas por: procuradores fiscales, médicos legistas, ginecólogas forenses, psicólogos existenciales, psicólogos forenses, trabajadoras sociales, abogados ayudantes y Personal administrativo”.
Resiliencia desde la vulnerabilidad
En el panel también participó la doctora Soraya Lara Caba, presidente y cofundadora del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (Pacam), quien afirmó que en los casos de mujeres víctimas de violencia, es necesario considerar su historia infanto-juvenil, la biografía familiar y el estado de su proceso de madurez psicoemocional y física hasta los 22 años. “Es fundamental conocer el contexto familiar, social y cultural en el cual se desarrollaron y que, en muchos casos, las condicionó a la victimización”.
A su entender, la vulnerabilidad aprendida responde a un proceso de normalización y justificación de la violencia durante la niñez y la adolescencia, producto de la exposición constante a episodios de maltrato contra la madre y, en ocasiones, contra ellas mismas. “En esta etapa, marcada por la madurez emocional y psicológica en formación, no existe la posibilidad de salir por sí mismas de un entorno violento. Las figuras de apego no les proveyeron la seguridad ni la confianza necesarias para desarrollar habilidades de afrontamiento temprano, quedando atrapadas en el temor de que su madre fuera asesinada o nuevamente violentada”.
La doctora Lara Caba entiende que desde la vulnerabilidad también puede construirse la resiliencia o el crecimiento postraumático, siempre que la mujer asuma la responsabilidad de su propio cambio.
Raíces emocionales y psicológicas de la violencia
En su intervención el psiquiatra José Miguel Gómez, escritor de más 14 libros, explicó que la violencia no surge de la fuerza, sino de la fragilidad emocional, de las heridas internas, de los traumas no superados, de la falta de herramientas psicológicas y de cambios en los modelos aprendidos. “Es decir, no se nace violento: sino que, las experiencias, los micro y los macro traumas van dejando huellas somáticas que moldean el funcionamiento del cerebro y de las personas”.
Destacó que las personas violentas tienen un cerebro con cambios significativos en sus estructuras y arias cerebrales: una amígdala super activada, donde los miedos, el estrés y las experiencias traumáticas, interpretan ataque ante situaciones neutras, y explosivas ante pequeñas frustraciones. “Una corteza prefrontal, que pierde el control, no regula las emociones, no evalúa riesgo, ni consecuencia y, mucho menos, valora la proporcionalidad, ni las vulnerabilidades. Es decir, pierde la capacidad emocional para regular y gerenciar de forma inteligente y adaptativa las emociones.
De acuerdo con el doctor Gómez las personas violentas, tienen raíces emocionales intensas, mal gestionadas, como son: la venganza, el miedo, la frustración, la rabia acumulada, la baja autoestima, las heridas no sanadas. “Es decir, es un lenguaje emocional aprendido ante el dolor interno, apoyado en un sistema de creencia distorsionado y limitante, llegando a “normalizarse”, ejemplo: “Así me criaron”, “Así lo resuelvo todo”, “El que no se impone, se lo comen”, “El hombre tiene que ser fuerte y dominante”.
Comportamiento de los hombres en contextos de violencia en RD
De su lado, el Luis Vergés, PHD Ciencias de la Salud, resaltó que el hecho de ser hombre no representa de forma automática que sean personas violentas. “De hecho, la violencia es una de las tantas conductas que pertenecen al repertorio humano, no tan solo a los hombres, y serán más bien los privilegios o ganancias sin sanciones uno de los principales factores que aumentará la frecuencia de estos comportamientos”.
Explicó que tres de los principales factores que se asocian a la frecuencia con que un hombre ejerza violencia son: que desde etapa temprana en su vida hayan estado expuestos a formas abusivas donde él haya sido la víctima, que haya estado expuesto a un ambiente donde observa con frecuencia que son otros los que ejercen violencia sin ninguna consecuencia y sí con algunas recompensas y que siga intercambiando violencia como parte de adaptarse a los desafíos del ambiente en que se encuentra.
Advirtió que cuando la violencia es hacia las mujeres se agrega un componente muy peligroso: las distorsiones cognitivas o retorcimientos ideológicos de la realidad que, no tan solo llevan a iniciar una escalada violenta hacia las mujeres, sino a mantenerla en el tiempo bajo la premisa de que la asumen como normal.
Recordó que los indicadores de mayor riesgo y peligrosidad de estos hombres hacia las mujeres son los siguientes es cuando han desarrollado dependencia extrema hacia las víctimas potenciales
Rol del derecho y la familia en la prevención de la violencia
Mientras que la doctora Dilia Leticia Jorge, abogada, experta en derecho de familia, activista y defensora de los derechos de la niñez y las mujeres, indicó que la violencia contra las mujeres se manifiesta en diferentes escenarios, y uno de esos escenarios son precisamente los tribunales de familia, los de niños, niñas y adolescentes, así como los juzgados de paz que fijan pensiones alimentarias.
“En estos espacios judiciales se hace indispensable no solo la especialización de las juezas y los jueces, sino también —y sobre todo— la aplicación de una justicia con perspectiva de género. Cada juez o jueza debe aplicar una justicia con perspectiva de género, porque usualmente los agresores instrumentalizan estos tribunales para prolongar el maltrato, utilizando a los hijos e hijas, incumpliendo con las obligaciones alimentarias o las disputas por la guarda como mecanismos de control y violencia indirecta”, dijo.
A su juicio, desde ese punto de vista, el derecho de familia desempeña un rol esencial en la prevención de la violencia, al garantizar decisiones sensibles al contexto.