Por Lency Alcántara
La medida anunciada por el Gobierno de deportar aproximadamente a más de 10 mil haitianos de forma semanal ha destapado varias tuberías en diferentes renglones de la sociedad, desde el sector informal hasta los más altos niveles de la construcción.
Las cifras ofrecidas por varias instituciones coinciden en que por ejemplo en el escalafón de la construcción, los ilegales haitianos representan más del 75 por ciento de los trabajadores.
Disposición que representaría un «colapso para el renglón» según empresarios y representantes del área.
Los indocumentados no solo tienen el control del área, también han marcado su territorio en la economía informal y el transporte público, así lo denunciaron varios gremios choferiles, quienes piden la intervención de las autoridades.
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Entre la mezcla de la falta de mano de obra dominicana y el desplazamiento en otras áreas, aunque algunos apoyan las deportaciones otros aseguran que la entrada de los indocumentados responde al propio descontrol del Gobierno y en esa medida no ven la solución al problema.
Un aspecto que se afectaría a juicio de especialistas como Magín Díaz, sería el quiebre de las relaciones comerciales con Haití, siendo este país el principal socio comercial de RD.
Así lo confirma el informe publicado en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se detalla que más de 800 millones de dólares representó la exportación de diferentes productos al vecino país solo en el 2023.