Señor, Señor, ¡cuán bueno has sido conmigo!
Te agradezco Señor y ahora lo digo de voz en cuello: -que me diste unos padres y una abuelita que nunca me perdieron ni pie ni pisá, -que siempre vigilaron que no fuera ambicioso, -que siempre me exhortaron a estudiar sin límites, todos los días, -que me dieron el ejemplo de la necesidad de leer […]